En primer lugar, es importante destacar que el ritual que te proponemos hoy no guarda ninguna relación con los rituales conocidos, como la Ouija o las sesiones de espiritismo que buscan establecer contacto con el más allá. En cambio, lo que te presentamos es una serie de pasos para reflexionar, agradecer y honrar tu pasado.

Halloween, más allá de ser una ocasión para planificar actividades o disfrazarse de personajes aterradores, es una festividad con raíces en diversas culturas. Al observar cómo otras culturas abordan este tema, encontramos ejemplos igualmente fascinantes. Por ejemplo, en México, el Día de los Muertos es una celebración colorida y alegre que rinde homenaje a los difuntos a través de altares adornados, ofrendas de alimentos y flores, y la creencia de que los espíritus de los seres queridos regresan para disfrutar de estas ofrendas. En Japón, el festival de Obon es una ocasión para honrar a los ancestros con linternas encendidas y danzas tradicionales. Según los celtas, la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre es considerada mágica, ya que se cree que la distancia entre el mundo terrenal y el espiritual se reduce, brindando la oportunidad de que los difuntos regresen a la Tierra. 

Estos ejemplos demuestran cómo diversas culturas encuentran maneras únicas y significativas de mantener viva la memoria de sus seres queridos en fechas especiales, lo que nos invita a reflexionar sobre la universalidad de la conexión entre los vivos y los muertos. Honrar a nuestros seres queridos fallecidos en Halloween es una práctica profundamente interesante, ya que no solo nos permite recordar y agradecer a quienes nos precedieron en la vida, sino que también nos conecta con una tradición que se extiende más allá de las fronteras culturales. 

Es fundamental realizar este acto de amor propio y gratitud hacia aquellos que ya no están durante la noche de Halloween, y encontrar un lugar tranquilo para hacerlo. Puedes optar por hacerlo en soledad o en compañía de alguien en quien confíes plenamente. A continuación los paso a seguir. 

Elementos necesarios: 

1. Incienso o palo santo.
2. Una vela blanca.
3. Papel y lápiz (o bolígrafo).
4. Un objeto o detalle que te recuerde a tus seres queridos.

Procedimiento: 

1. Inicia el procedimiento realizando una purificación energética del espacio. Puedes lograr esto quemando incienso o palo santo. Al igual que cuidamos nuestro entorno físico y nuestro cuerpo, es esencial purificar tu campo energético y el de tu hogar. Esto te ayudará a atraer positividad, paz y bienestar, y a crear un ambiente relajado
2. Toma el objeto que te haga recordar a tu ser querido y colócalo en un rincón de tu casa que te resulte agradable. 
3. Enciende la vela blanca y permítele llenar el espacio. Mientras lo haces, respira profundamente de manera consciente, permitiendo que el aire entre y salga plenamente.
4. Toma una hoja de papel y un lápiz o bolígrafo. Escribe el nombre de cada ser querido al que deseas agradecer. Hazlo desde un lugar de amor, cariño y positividad. Recuerda que estas personas continúan viviendo a través de tus recuerdos y los detalles que conforman tu ser.
5. Una vez que hayas expresado todo lo que deseas agradecer, quema el papel y permite que la vela se consuma por completo. Luego, une ambas manos. La mano derecha representa tu consciencia, mientras que la izquierda representa tu inconsciente. Al unirlas, estás expresando tu gratitud al universo con todo tu ser.